¡Qué viernes el de ayer! Nuevo MRI con distintas interpretaciones (que si el tumor creció, que si está igual, que si lo que se ve es una sombra de la crisálida de donde estuvo el tumor… que si es el manchón que deja el tinte para el contraste…). Amenazas de aumento de quimioterapia para un tumor benigno (jajaja… ¿dije benigno?) Resultados de dudosa credibilidad de pruebas de laboratorio (que si te subió esto y te bajó lo otro; que si esto es bueno, que si vamos a hacerte otras pruebas para ver cómo están los niveles de ya no recuerdo qué…).
El estrés de que la cita se retrasara una semana; sumado al pánico ante la posibilidad de que se cancelara por la amenaza de una huelga de los empleados… ¡Ja! Y el notable comentario de una empleada que se excusó por no sé qué tontería, diciendo: “es que tengo 'taaantas cosas' en la cabeza”. ¡Qué bella ella! De la que se salvó. Yo le iba a contestar: “pues yo tengo una sola cosa en mi cabeza: un alegado tumor (que realmente no sabemos si existe o no), pero que aporta para su salario”
¡'Taaantas cosas' las de ayer!
Le iba a decir a los dos médicos que de pintarme un escenario de muerte inminente, que lo documentaran porque del seguro por incapacidad de AARP me dijeron que me aflojaban la mitad de la póliza solamente si me quedaban 6 meses de vida. Y, de ser tan terrible el escenario… no es necesario envenenarme con tanto cóctel de pastillas ni ejercicios dolorosos... ¡me rindo mañana! Y mañana, ¡me rendiré mañana!
Mientras espero mi turno, navego por Internet en busca de ejercicios de yoga para personas con impedimentos físicos a causa de paraplejia y confirmo las bendiciones de los Baños de Aguas Termales en Coamo, ¡donde iré mañana, antes de rendirme!