Ese último fue mi caso: nos envió una entrada-regalo el 15 de noviembre, y yo lo he visto ayer. Para que no se me pongan más verdes los ojitos… recibo el zumo en la boca, en agradecimiento al cítrico que neutralizó las nauseas propias de la “mala barriga” durante mis 6 embarazos… Por eso, entra “oficialmente” en la casita deMadre (la dedicada a mis Hijos Favoritos y a los Futuros Nietos de Mi Esposo). La replico en la del Intruso, porque el limón también me cura el alma y diluye las espinas disfrazadas de dolor, cosa que no le sucede a Cualquiera.
Gracias José Antonio. Sin más, presento con genuina humildad a un Grande como tú:
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El Peregrino de la Blogosfera llega al rincón de Cassiopeia recibido con una acogida muy calurosa y dispuesto a reponer fuerzas en su viajar por las bitácoras que tan gentilmente le han invitado.
Hoy vamos a contar esos secretos que se transmiten de padres a hijos y no se aprenden en ninguna escuela, sólo son anécdotas de preguntas inquietas que hacemos los niños cuando somos esponjas para absorber toda la información que nos dan.
¿Por qué se pone una rodaja de limón con el pescado? Muchos les dirán que es para dar sabor al suculento manjar que van a degustar, y puede que así sea, pero la historia nos cuenta que desde tiempos muy antiguos, quizá ya en época del Imperio Romano, siempre que un banquete se servía pescado, este iba acompañado de limón.
Y como siempre tiene su lógica, por un lado las funciones farmacológicas en prevención de enfermedades del limón ya eran sobradamente conocidas por aquella gente, pero es que además se tenía la creencia que si algún comensal se tragaba accidentalmente una espina, con el jugo ingerido del limón se desharía en el estómago sin causar males mayores.
Les contaba que son secretos que se transmiten de padres a hijos y mi abuela además de acompañar con limón cualquier tipo de pescado, tenía siempre muy cerca el pan para todos los comensales, pues era el método más efectivo para tragar esa espina que a todos alguna vez se nos ha clavado en la garganta.
Y como sé que mi amiga Cassiopeia gusta de la buena música, le voy a dejar una melodía de despedida a esta agradable acogida que he recibido.
No se me olvida dejarles a ustedes una pregunta para que contesten en los comentarios, hoy se lo pongo fácil ¿Saben ustedes más utilidades caseras del limón? Estoy seguro de que sí, así que si les parece instructivo, ya saben, dejen su aporte en un comentario
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Por mi parte, agradezco la visita y le ofrezco una energizante limonada hecha con los frutos de mi patio. También le regalo una canción “de cuna” que me cantaba mi madre, y yo lo repetí a mis hijos antes y después que salieran de mi casita… a este mundo... a veces agrio... a veces dulce. La limonada fresca le va a servir para continuar el peregrinaje (por estas tierras hace calor); con la canción, tiene para reírse del acento gringo.