Si Carmen cree que me va a llevar por
el camino de la amargura con sus amenazas, se equivoca. Ella cree que porque
yo me canso mucho frente del teclado, ¡le voy a permitir que cuente mis
intimidades!
Ni loca, Carmencita. Lo mío, lo digo
yo. Por eso, antes que se te ocurra hacer chistes a cuenta de mi próxima aventura,
voy a anticipar por aquí lo que voy a hacer el miércoles:
Dentro de 3 días me ponen 6
inyecciones de botox en las piernas con el propósito de “ablandar” los músculos
rebeldes que provocan la espasticidad. Especialmente en la pierna izquierda, mejor conocida como la República Independiente.
Todavía no sabemos cómo reaccionará mi
cuerpo. Ya me hicieron este tratamiento hace casi 3 años y no ví progresos.
Claro, yo estaba en peores condiciones físicas. Ahora, tengo más energías y
herramientas para alcanzar mis metas a corto plazo y trabajar hacia el camino de
mi independencia.
Y más vale, porque el plan médico solo
autoriza en botox para pacientes con las siguientes condiciones: distonia,
estrabismo, desórdenes neurofaciales, espasticidad de extremidades superiores y
prevención de migraña crónica.
O sea… que para caminar sin
espasticidad con mis extremidades inferiores, tendré que hacerlo con las manos,
o no me pagan el coaseguro de $300.00 correspondiente a 6 dosis cada 3 meses…
***
Nota preventiva: si a Carmencita se le
ocurre embromar con mis piernas por las 6 inyecciones de botox, no le crean. No
se trata de un mecanismo para “embellecer”, ni “quitarle arrugas, patas de gallo…
¡ni ojeras!” Aspiro a ponerme de pie, transferirme de silla, voltearme en la
cama y poder pasar periodos de 24 horas de vida independiente.
(Foto, del Gueb. No voy a abrir un empaque para tomarle una foto...)
(Foto, del Gueb. No voy a abrir un empaque para tomarle una foto...)