A los 5 años, nuestro hijo favorito –de los menores- parecía energizado al máximo de velocidad. Deliraba de ilusiones.
Se quería quedar despierto para ver a los Tres Magos de Oriente que durante largos días y noches cabalgaron desde tierras muy-muy lejanas siguiendo la Estrella que los guiaría a adorar al Niño Dios. Las noches del 5 de enero los Reyes Magos repetían la hazaña, para llegar a las casas de "los niños que se portan bien".
Tres años antes de que se manifestara y documentara Intruso –el tumor cerebral que me habita desautorizado-, despertamos extenuados al 6 de enero más maravilloso de toda mi vida. El enano no se había querido dormir. Estaba seguro que de esa forma no se le escaparían los Reyes y podría "resolver el misterio” de cómo se hacen chiquitos y se meten por las rendijas de puertas y ventanas para traer regalos, cómo no se equivocan de habitación, ni confunden los regalos. Cómo le daban la yerba a sus bestias, y ellos no necesitaban comer nada era otro misterio. Igual, el hecho de que le dejaran cartas con tanto detalle sobre sus cosas. Y sobre todo... si se parecían a los Reyes de las tallas de madera que coleccionamos desde que deseamos ser padres... cuando ellos esperaban en su propia estrellita antes de convertirse en nuestros bebitos.
“Mamá, ¿cómo es que saben de las cosas que hago y cómo me porto? ¿Por qué saben lo que quiero hacer?". “Porque son magos”, contestación lógica. Mientras, nuestro otro hijo favorito -de los mayores- nos miraba con el rabo del ojo.
El enano le tendió trampas a los Magos de Oriente esa Noche Víspera de Reyes. Unos hilos a una grúa de juguete que ni a mí me permitían el paso. Su padre y yo inspeccionamos su obra, y hasta le dimos ideas de cómo mejorarla. Él prometió no dormir para darnos el informe de incidencias en la mañana.
Al amanecer, en vez de escuchar el acostumbrado grito de "Llegaron los Reyes!", se oyó un desesperado: " ¡Mamá! ¡Papá! ¡Francisco! ¡Sentí a los Reyes Magos besarme! Fue... como una electricidad en mi cara... yo creo que fueron las barbas... Estaban en el cuarto. Aunque estaba oscurito, los sentí de verdad, bien cerquita de mí”, y esa carita que lo decía... esa carita... lo confirmaba.
Los cuatro inspeccionamos en búsqueda de cualquier detalle evidencial, pero nada. Ventanas intactas. La yerba había desaparecido de las cajitas debajo de las 3 camas. Encontramos el rastro de hojitas que seguía la ruta hacia la puerta principal. Los regalos estaban al pie de la cama, envueltos en papel brillante con la escena que celebrábamos desde el 1ro. de diciembre: el nacimiento del Niño Dios y la adoración de los Reyes Magos, igualito que en los belenes que veíamos en las iglesias y conventos de monjitas... En la sala, el piso estaba asqueroso. Había llovido, como en casi todos los 5 de enero y no nos dimos cuenta. Sí. Ahí, como todos los años, estaban las huellas de pisadas de fango seco... Había que limpiar... y con lo cansados que estábamos...
¿Qué pasó? “Tranquilos. A disfrutar los juguetes, que Papá y yo nos encargamos...” Siempre lo mismo. El padre a limpiar y yo, a preparar las almojábanas que desde que tengo uso de razón era el desayuno que hacía mi madre la mañana de Reyes. “¡Mamá, hay que decirle a los Reyes que no hagan tanto reguero el año que viene!”, dijo el hermano 4 años y medio mayor que el que sintió el beso del corrientazo.
¡Divina conspiración! El mayor ya había descubierto que los Reyes existirán en nuestros corazones toda la vida, pero si no se le pone yerba... nada es igual. Claro, eso del fango... era un favorcito que se le podía pedir a los Reyes.
“¡Sí, sí! Hay que decirles que ustedes pasan mucho trabajo”, dijo el enano.
Hoy, aquél chico tiene 20 y no se avergüenza del beso de Melchor, el Rey Mago Negro; ni de los besos de Gaspar (el Rey color carne), y Baltasar (el bien blanco). Demás está decir que hasta anoche, hacía 3 días que no se afeitaba la suave barba de adulto joven. Quería saber si los Reyes la sienten cuando lo besen en sueños. Dentro de un ratito, cuando despierte él lo sabrá... quizá los Reyes se lo comenten en la cartita.
*Nota: la Carta de los Reyes Magos del hermano mayor, le llegará vía iPhone a Ottawa, donde se está pasando una breve temporada... aunque no haya encontrado yerba... (de la legal). El nuevo elemento será el url de éste post.
Tengan todos un hermoso Día de los Santos Reyes.
(Foto x Cass)
14 comentarios:
Cassi, precioso...me hiciste de vivir el post con una realidad...que casi me poongo a limpiar yo tb...que bellos recuerdos!!!!, no creo que se borren de la mente de tus hijos. Un fuerte abrazo y Feliz Día de Reyes. Uruguayita.
Checa bien la casa!!!
Quizás tienes otro reguero y no te has dado cuenta. Yo estoy esperando que el barbudo despierte. Y pendiente de que el otro me confirme que recibió la carta.
Mientras eso sucede, y amanece... me tomo el cafecito.
Que tengas un bonito Día de Reyes!!
Lo de no dormirse creo que viene de serie en todos los enanos... hasta las 4 de la madrugada estube yo ayer esperando, para después pasarme una hora poniendo pistas y trampas... y a las 8 de pie... tengo sueñooooo!!!!
Besotes mil
Cris... Suerte tienes. Nuestros locos enanos nos sacaron las ojeras que todavía hoy le sirven de sillones a 2 elefantes.
Espero que le hayas podido tomar buenas fotos, porque muchas veces que las nuestras salieron fuera foco!
Besos
Mami.. que buen detalle el del lodo en el piso, en casa no pasaba eso, y los Reyes tampoco me dejaron una contestacion de mis cartas, sabes, hay cosas que me dan mucha felicidad recordar y una de ellas, es la ilusion k sentia cuando esperaba quedarme dormida para que llegaran pronto.
Recuerdo que esa noche no me kostaba trabajo dormir, ni siquiera esperaba a que me mandaran, yo solita me iba!
Me gusta leerte tan completa y feliz! Te dejo un besote!
Dayann
Pero y luego la alegria que todo fue un exito esas caras de felicidad en ellos, no tiene precio verles tanta alegria en su cuerpos.
Feliz recien comenzado año nuevo.
con cariño
mari
no era para mi lo de la silla.
Tienes razón, Mari... "priceless", como al anuncio de Master Card!
Y qué más queremos que no sea eso?
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(Cómo fue que lo confundí? Me dices cómo conseguirla? Parece que ya es inminente, y me evitaría más caídas... Gracias!)
Dayann, cyber-hija!
Te estaba extranando... pero como no soy cyber-madre taaaaan peleona... no dije nada.
Vamos por partes. En tu casa no ha llovido NUNCA un 5 de enero... estoy segura porque los Reyes, por ser reyes, no se saben limpiar los pies antes de entgrar a las casas (no me digas que no es buen argumento!).
Checa tu correo esta noche. Tal vez los Reyes te dejaron tu carta x Internet... hicieron eso con tu hermano mayor, que en estos días esta en Canadá.
Sobre lo de dormir... ya sabes lo que le vas a decir a los pacientes que no puedan... dile que los Reyes no llegan si no duermen!
Explícame lo de leerme completa... no sabia que se me había perdido algo. Dime qué es, por fa (jajaja...)
Lo de feliz... recuerda que me doy espacio para estar triste de vez en cuando sin pedirme perdón a mí Misma...
"Hey, Misma, llora patalea y rabia cuando te de la gana... aunque parezcas bipolar!"
Viste, Guapa?
Te quiero un montón.
xoxoxox
Tu hijo guarda un lindo recuerdo y tú también.Emotivo tu relato.
Te dejo un fuerte abrazo desde Berlín.
Ay Marisol! Nadie puede olvidar ese amanecer en casa.
Hey, esa foto tuya es con una llama o una alpaca... o ninguna de las anteriores...??
Un abrazote.
Morí de ternura....
Besotes, hermosa!
Ivana, quién habla de ternura? Acá entre nos... de madre a madre... a usted nadie la gana!!
Mis besos y admiración, Mamá-Leona!!
Un post lleno de ternura, encanto, y creatividad.
Hiciste que volviera a recrear mi infancia cuando esperaba con ansia mis regalos de los Reyes Magos de Oriente. ¡Es tan bello soñar! Gracias por compartir.
Idaluz, sólo te puedo decir que no hay nada más hermoso que la ilusión.
Bienvenida!
Disfruté tu casa.
Un abrazote.
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