¡Intruso nunca se enteró del primer millón de visitas!

Ellos tampoco le dan tregua a Intruso:

lunes, 29 de junio de 2009

¡Se te acabó el anonimato, darling!

Le he dado 11 años de silencio y anonimato a un invasor descrito por la ciencia como “benigno”.
Claro, que cuando salí de la sala de operaciones en febrero de 1998 después de 13 horas, de 11 días de intensivo, hemipléjica, chorreándome de la silla de ruedas porque no me podía sostener... no lo pensé taaaaaan “benigno”.

Intruso me obligó a separarme de mi familia durante varios meses cuando me mudaron a una clínica de rehabilitación para aprender a manejar la silla de ruedas con una mano.
Desde entonces me lo dijeron ad nadseum: “Sácatelo del sistema”; “Escribe un libro”; “Escribe una columna”, “¡Déjalo salir!”

No le hice caso ni a una de las mejores editoras que he tenido, que me traía loca con el sonsonete. ¡Para “sacármelo del sistema” fue que me entregué en manos de los neurocirujanos! Pero en aquella época pensaba que al escribir sobre Intruso me convertiría “oficialmente y para el récord” en una quejosa profesional, de las que dan vueltas en el mismo sitio –como el perro que se busca el rabo- sin buscar vías de supervivencia.

Pensaba que al escribir sobre la experiencia, cambiaría mi forma de disfrutar la vida como acostumbraba... que me amargaría y que al traducir pesadillas en palabras me enconcharía en una esquina por cuenta del que me habita desautorizado.
Curiosamente, no me molestaba hablar de Intruso. Lo tomaba como una oportunidad para testimoniar sobre el milagro de la Vida, la Misericordia Divina y la esperanza de cada amanecer. Testimoniaba, como todavía hago, sobre la pericia de los neurocirujanos, y el equipo anestesiólogos del Centro Médico.
Era además –como sigue siendo- una deliciosa oportunidad para saborear y compartir experiencias que unen a familiares y amigos; a compañeros de trabajo y a vecinos; a conocidos y a los que estamos por conocer.

Pero a partir de hoy lo destapo, lo desnudo, lo denuncio por escrito, “en blanco y negro”. Nada de benigno que ha sido. Por eso -y por ser reincidente- tampoco merece lástima.
Intruso es un impertinente y un aprovechado; un listín no invitado a mi banquete de vida. Apretadito a mí... creyó que me succionaría la alegría full time. ¡Ja! ¡Iluso! Creía que me conocía y falló de todas, todas. ¿Quién lo manda?

Intruso me volvió a enseñar lo que la mayoría de las personas aprenden de bebés: que para caminar hay que mover un pie adelante, impulsando hacia adelante el brazo contrario. Que las repeticiones se hacen con el tempo que marque la ocasión. Que una vez se domina, las piernas siguen solas, como en piloto automático. Pero más que todo, Intruso me recordó que la vida se vive minuto a minuto... y que se camina mejor dando pasos más firmes y más lentos.

¿Mientras?

Sigo ConViviendo con Intruso, a ver quién de los dos dura más en esta pelea de cuerpo a cuerpo. Insisto, hasta aquí te llegó el anonimato, Intruso. En este espacio cibernético denuncio tu ficha de identidad:
Meningioma del Falx.
(Foto x HDP)

6 comentarios:

Flaming Soul dijo...

Hola. Habla, rompe el silencio!!!

Eric Alvarez dijo...

Hermoso... como te he dicho, me haces mirar la noche y las estrellas a partir de hoy de otra manera, con otra perspectiva, y lo más difícil, un poco más de humildad...

Eric Alvarez dijo...

Muy bien!!! Como ya te he dicho en otro lugar, me haces mirar las noches, ahora, con otra perspectiva, con otros sentidos, y sobre todo, lo más difícil, con un poco más de humildad. Gracias.

Cassiopeia dijo...

Gracias Eric.
Me cuesta desnudar temores, ilusiones y esperanzas, pero es parte esencial del pliego acusatorio contra Intruso. Es mi dulce venganza contra el que me habita desautorizado. Si no me lo pueden arrancar, lo uso descaradamente para intentar alentar a que otros alcancen su Norte. Sé que no voy a recuperar, pero te prometo que Intruso no me quita lo baila’o. ¿Irreverente y cínica en ocasiones? No me pidas otra cosa. Son dos de mis herramientas baratas para Vivir. Me niego a existir.
Gracias por acompañarme.

Anónimo dijo...

vaya...
nuestro intruso llego en julio, o por lo menos se dejó ver... tras dos craneotomías parece que puede haberse ido o no...
se llama hemingiopericitoma y ahora está siendo atacado con radioterapia...
sólo espero que llegue la primavera y se acabe el invierno
abrazos.
delia

Cassiopeia dijo...

Hola Delia.
Estamos en la misma: 2 craneotomías y una radiocirugía.

Deseo de todo corazón que alcances esa primavera y que puedas compartir tus experiencias acá... y quien sabe si abres tu propia casita.

Ayer celebré mis 12... y espero celebrar muchos más.

Si me quieres hablar "en privado", envíame otro comentario con tu e-mail, y no lo publico.

Besos solidarios y de mucha esperanza por tu sanación.

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Sobre las fotos e ilustraciones aquí presentes...*

* Si alguien se ofende con la publicación de alguna foto tomada prestada de la Gueb, que lo diga y la borro inmediatamente. Si le ofende mucho, mucho le pido excusas públicamente por el malrato.
Si alguien toma alguna de las mías, que no sea tontito y lo diga, que difícil que es esta pendejada de tomar fotos sin poder mover el culo de una silla.

Envío y comparto

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