Claudia, gracias por dejarme saber de tí. Cuando me digas, subo tu comentario. Aunque no lo creas, no eres la primera “consulta” que recibo. Lo hice con una una mujer israelita con quien me tuve que entender en un "broken English" que me obligó a adivinar el 50% de lo que me decía. Su madre también tenía un tumor cerebral. Tan desesperada estaba que me pidió de una forma que ni te imaginas, hablar con mi neurocirujano. No me gustó la idea, pero hice la conexión entre Amsterdam -donde reside- y San Juan; él accedió, y hablaron. No creo que la haya tranquilizado. Ya Galia sabía a que atenerse: tumor agresivo, inoperable y maligno. Peor combinación... ni mandada a pedir. Quería escuchar otras voces, aunque estuvieran al otro lado del Atlántico y no pudieran hacer nada.
En el caso tuyo, tienes que esperar a tener más información relacionada con el Invasor que habita sin invitación en el cerebro de María. En la columna izquierda de esta página hay un web que te puede ayudar: el del American Brain Tumor Association (ABTA). Te incluyo además un listado en pdf de fuentes de información y servicios en español que no están en la publicación de ABTA. Tienen además una interesante sección para pacientes y familiares.
Me dices que tienes un “terrible temor en tu corazón” por lo que anticipas; y una “gran aflicción” porque no quieres que tu mamá se sienta mal. A la vez, dices que tienes que seguir funcional, apoyándola y no sabes como manejar todo sin que se trastoque la vida de ambas. Difícil. No hay fórmula secreta. Quisiera pedirle a mis hijos que te digan cómo lo hicieron, pero no sé si puedan. ¡Eran tan pequeños! El mayor, que tenía 12 años, se refugió en la música de Yanni. El pequeño, con 8 años, se entregó con pasión al básquet. Ambos se sumergieron en lo académico. Estoy segura de que podrás manejar la situación con éxito.
De hecho, tú misma te contestas cuando dices “la vida es un regalo y se tiene que disfrutar a todo momento y batallar cuando se necesita”.
Mientras te empapas más de la cuestión puramente médica, te felicito por asumir responsablemente el rol de estelar y no de un refuerzo en el “Dream Team” que apoye a María. Es el primer paso para afrontar el duro golpe de un futuro incierto cuando se trata de situaciones como ésta. En mi caso, tuve a mi esposo, y a dos grandes amigas que lo dejaron todo por estar conmigo. Una de ellas es el Ángel Guardián/Michael Jordan del que te hablaré en breve. Ese equipo de ensueño incluyó a amigos, vecinos; compañeras y compañeros de trabajo, los maestros de mis hijos y las familias de los amigos de mis hijos. Es la única forma.
Y Claudia, si te sientes sola, si crees que ni siquiera tienes cuota de cancha en tu equipo, no te des de baja del campeonato. Pide ayuda. Seguro que tienes un Michael Jordan al lado. ¡Tú sabes!
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