Juro que nunca hice nada para tener un supervisor administrativo tan bruto, aparte de lo necio, estúpido, rudo, descortés, patán, falto de tacto... y como agregado, feo y pipón. ¿Que cómo llego a esa conclusión sin pecar en difamación? Juzgue usted mismo. Estos son los hechos:
Una mujer, 43 años, tras una carrera profesional destacada, sobrevive una craneoromía para extirparte un tumor cerebral y regresa a trabajar después de dos meses fuera de su país, (dos semanas en intensivo y 6 en una clínica de rehabilitación intensiva con la meta de recuperar capacidad de movimiento). La mujer fue a la clínica con la expectativa de entrenarse para ser autosuficiente; y, -con suerte- aprender a trasladarse en una silla de ruedas solo con la mano derecha. Como todo paciente de ese tipo de cirugía, requiere el uso de anticonvulsivos; y, como le pasa a muchos, tiene que “probar” con varios en lo que da con el medicamento y las dosis idóneas.
Dos años después de haberse reintegrado a su trabajo -que continuó haciendo al mismo ritmo, aún cuando se le pedían tareas más complicadas- ella le advierte al director de la empresa y a su jefe inmediato que va a cambiar de medicamentos, y que lo hará jueves en la noche porque la literatura del mismo, (a nivel experimental aún), anticipa que puede causar efectos secundarios negativos 24 horas después de usarlo por vez primera. De esa manera, pasaría sábado y domingo en recuperación y estaría de vuelta el lunes.
El Director y el jefe inmediato entienden la seriedad del proceso y le indican que se tome “el tiempo necesario” sin estrés.
El medicamento causa los efectos negativos inmediatamente y más fuertes de lo esperado. La empleada se presenta a trabajar viernes, pero la tienen que llevar a la casa (no pudo conducir de regreso). El efecto fue tan fuerte que se vió precisada a ausentarse lunes, martes y miércoles. El convenio colectivo del sindicato especifica que una ausencia por enfermedad de 3 días o más, se tiene que justificar con una excusa médica. La doctora de la empleada la envía por fax al supervisor inmediato el miércoles.
Cuando la empleada se presenta el jueves, la secretaria del supervisor administrativo – el bruto, necio, estúpido, rudo, descortés, patán, falto de tacto, feo y pipón- la llama de mala forma a la oficina de su “boss”, y tan pronto entra la empleada, le vomita la siguiente frase: “No ha enviado la excusa médica y se ha ausentado por tres días y medio. Y ‘eso’, ¿cuándo se te quita?”
Sin que el tumor cerebral impidiera la velocidad de pensamiento, la empleada le responde: “La excusa médica le llegó a mi jefe inmediato el miércoles, directamente desde la oficina de la doctora. Y a usted, ¿cuándo se le quita lo que tiene? Digo, ya que no entiende que lo que yo tengo jamás se me va a quitar...¿cuándo se le quita lo suyo?”
Por razones que yo nunca sabré, él no duró mucho tiempo en su puesto. Eso fue en el 1998. Gracias al Cielo, he sobrevivido otra craneotomía y una radiocirugía que me dejó peor que en el 1998. Aún así, he ganado varios premios y reconocimientos adicionales por mi trabajo a pesar de que “lo que tengo no se me va a quitar”.
Se le olvidó un detalle importante al bruto, necio, estúpido, rudo, descortés, patán, falto de tacto, feo y pipón... que ésta chatita selecciona sus batallas. ConVivir con Intruso fue, es, y seguirá siendo mi reto diario. Total, a él tampoco se le va a quitar lo sabemos que ha sido, es, y será.
3 comentarios:
Desgraciado!!! como dice mi madre [ "la ignorancia es atrevida" A este si me lo imagino gordo y pipón desnudo jugando rayuela!!!
Alucinante...
Querita Chatita,
Yo voy a ti. Eres fuerte, valiente y testa forte. NADA te espanta ni amenaza tu sensibilidad, entereza y chispa. Sin duda una chatita con muchas agallas, llena de vida, y siempre presta (y capaz) de defender a sus amigo/as y luchar por la justicia e incluso, vaciarles las gomas o sacarle los ojos a cualquiera que se le cruce. !Menos mal que el gordo pipón se marchó antes! :-).
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