Sobre piropos espontáneos y genuinos

¡Última Hora! ¡Acabado de suceder! ¡Breaking news! Esto me pasó ayer:

A par de preguntas de culminar una simpática y desestresada entrevista a una maravillosa mujer que conozco hace más de 20 años, llegó el esposo de mi entrevistada. Se sentó en posición estratégica para escuchar lo que quedara, e intervenir en lo que pudiera, pero el muy discreto... no abrió la boca.

Tras el punto final, cierro la libreta y me levanto. Normal. No pasa nada. Pero antes de dar mi tercer paso... su piropo casi me hace caer de bruces y besarle los pies al simpático caballero:

- “Oyeeeee, ¡la verdad es que estás bieeeeen cooooja!”, me dijo, como si yo no lo supiera.

- “Podría estar peor. ¡Afortunadamente no escribo con los pies!”

Fue espontáneo y genuino. Como debe ser todo el mundo. Y la verdad es que hasta simpático me pareció el comentario. Juro que no le contesté para agredirlo ni para garantizar el material a publicar. Juro que no le contesté molesta, ni burlona, y menísimos en ánimo de ofenderlo en su propia casa. Le contesté en la misma onda de su halago espontáneo y genuino.

Su esposa debió de haber cambiado de colores. No lo puedo afirmar. Sé que reaccionó nerviosa porque “disimuladamente”, me agarró del brazo “para ayudarme” -¿o arrastrarme?- a la mayor velocidad... lo más lejos de su galante marido. Tampoco ví la reacción facial de la hija de la pareja, ni la del campechano caballero a mi campechana respuesta. ¡Qué rayos! Yo estaba concentrada y aterrada ante el escalón que me esperaba 4 pasos adelante y nerviosa por las vibraciones del brazo que me sostenía. O me caía por coja, o por perder el balance por cuenta de la ansiedad de mi Lazarilla.

Sin embargo, los que me conocen, no se sorprenderán de mi respuesta. Diariamente alabo la capacidad de usar los 10 deditos de las 2 manos. Es uno de los mantras que elevo en Acción de Gracias al Cielo. No es para menos, tras los estragos que ha provocado Intruso. Además reconozco la bendición de los que sí escriben, pintan y dibujan con los pies. Lo hacen mejor de lo que mucha gente dice con la boca.

(Foto de la web... la necesitaba para empezar el fin de semana con un chiste.)