Durante la última semana he tenido la extraordinaria experiencia de recibir la amarga sensación de lástima, pena e incluso horror de parte de muchos colegas y conocidos. Quizá porque he pululado en lugares “no tan protegidos” y me ha visto gente que hace tiempo no me ve. Esos, se alteran sin disimulo y en un tonito de tragedia me preguntan: “…y… ¿cómo te sientes?
Me tomo el riesgo de contestar: “¿Que cómo me siento? Pues en una silla, me siento acomodando en trasero primero, por lo regular me sostengo con las dos manos y me bajo suavemente. En el auto, subo primero la pierna derecha, luego acomodo el trasero… “, y seguiría detallando lo que hago cuando entro al carro por el lado derecho para contestar el “cómo me siento”, pero me interrumpen las risas nerviosas y los tartamudeos de quienes hasta ese momento hablaban rápido.
Cuando me preguntan con cara de tragedia y casi en susurro con ese “… y… “, me da pena la vergüenza que le da a ellos.
Al preguntarme, “… y… ¿cómo estás?", me provoca contestar con otra pregunta: “¿tan mal me veo?” Pero esa… ehhh... me la reservo. No quiero escuchar la contestación franca del que se moleste con mi cínica provocación. Lo que no falla son las risas nerviosas y los noveles tartamudos que aprovechan un hiato para inspeccionarme de arriba a abajo como si el Intruso se evidenciara en la superficie de mi cuerpo.
El martes me preguntaron cuántas quimioterapias me faltaban, ya que me veo tan bien. Lo interesante es que nunca he recibido quimos porque Intruso dió negativo al cáncer. Creen que me halagan diciéndome que tengo el pelo largo. Una pena que lo hacen mirando fijamente a ver si pueden ver en la superficie de mi cráneo las cicatrices y hoyos -“carreteras y cráteres”- que han dejado dos craneotomías. (La radiocirugía causó otros estragos en la que hasta entonces era una tersa cabellera)
Señores, si estoy aquí, balanceándome con un bastón de 4 puntas, que se supone que me sostenga, ¿qué buscan? ¿Qué debo contestarles para satisfacer el hambre de morbo? ConVivo con una Espada de Damocles inoperable … y… ¿cuál es el problema? Me encanta la esgrima, soy escurridiza, ... y... ¡Quiero vivir!
4 comentarios:
No sabes cómo te entiendo, aunque mi problema es otro, pero creo que ni a ti ni a mi nos hace bien el cinismo, creo que es mejor sentir pena por aquellos que creen que están mejor que nosotras sólo porque tienen un problema que no ven.
No es fácil, por lo menos para mi no es fácil, me la hacen muy difícil, pero es problema es de ellos, yo tengo mis propios problemas, y uno de ellos es no dejar que me afecten los pobres de espíritu. (creo que en el fondo envidian la grandeza de espíritu).
Animo, piensa en lo que te hace sentir bien.
Gracias por recordarme -como dices- “lo que te hace sentir bien”, ¡que es absolutamente todo! Mira que hasta Intruso, cuando se manifiesta duro, me recuerda que aunque sigue ahí, tengo una cabeza que sirve para mucho más que para peinar (como diría Sor Juana Inés de la Cruz); y, que aunque duela, sigo viva para amar.
Emma, el cinismo -como dices- "no nos hace bien", pero distrae en lo que llenas los pulmones y devuelves "la pena" ajena que mencionas.
En una próxima entrada te cuento un detalle sobre la "capacidad de amar" que gracias al Cielo no me afectó la cirugía. Lo había omitido para no provocar miedo en las personas que estén en el proceso inicial de descubrir sus propios intrusos.
¿Nos seguimos comunicando?
La palabra “intruso” me quedó dando vueltas en la cabeza, yo tengo una placa de desmielinización en el hemisferio izquierdo y varios puntos que hacen, que mis resonancias magnéticas cerebrales se vean como un cielo estrellado… bello.
Personalmente tengo identificado al “intruso” que se ha simbolizado en una placa de desmielinización (nombre muy largo, la nombraré “marti”)
Pues, marti no me deja caminar, me ha quitado mi independencia, hace que mi pierna derecha casi no tenga sensibilidad y como soy muy porfiada y veo que la pierna sigue estando ahí, (y hasta le crecen pelos que horror!) la hago caminar igual lo que me provoca una fatiga galopante. Eso es, resumiendo apretadamente, lo que me pasa.
¿Sabes quién se ha simbolizado en forma de tumor en tu cabeza para doblegarte ya que nunca pudo hacerlo de otro modo?
Estoy hablando de mi, quizás tus motivos sean otros, pero trata de ponerle un nombre a tu intruso, no para aliarte con él, sino para tenerlo bien identificado.
Emma, ¡eres genial!
Quizá algún día... pero mientras llega ese día, sigo en este acuerdo de “no molestes, o te molesto”.
¿Te dije que eres maravillosa también?
Nos seguimos comunicando, veo que como yo... también tienes una “República Independiente”, pero ¿derechista? En par de días te hablo de la mía (izquierdista).
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