¡Intruso nunca se enteró del primer millón de visitas!

Ellos tampoco le dan tregua a Intruso:

miércoles, 15 de julio de 2009

Miedo bueno, miedo malo

Cuando te descubren un tumor, un cáncer, o un Intruso de cualquier tipo que se acomoda sin invitación en tu cuerpo para calcomerlo, puede que lo primero que sientas sea miedo. No le tengas miedo al miedo. ¡Aprovéchalo! ¡Úsalo! En el proceso que ya lleva 11 años, aprendí que hay dos tipos: el bueno y el malo. Hay que conocerlos y distinguirlos porque uno nos será útil y el otro, dañino.

El buen miedo es el que te ayuda a no caerte por un precipicio, a no cruzar la calle sin mirar, a no conducir a alta velocidad. Este miedo te ayuda a no asumir riesgos que atenten contra ti. El buen miedo te acompaña para prevenirte, guardar tu seguridad, y con frecuencia el bienestar de los que estén contigo. ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si el buen miedo no hubiera estado de parte de Chesley Sullenberger el pasado 15 de enero? El US Airways Airbus A320, con 155 pasajeros estaba destinado a estrellarse, pero el buen miedo del piloto –con la ayuda del Cielo- le permitieron mantenerse en control y acuatizar en el Río Hudson.

Estoy segura de que Sullenberger sintió un miedito de esos que le ponen frías las manos y duro el cuello a la gente normal. Sin embargo, a él no le tembló el pulso... ¡ni la voz! Siempre demostró seguridad en lo que hacía. El que escucha su conversación con Torre de Control puede pensar que se estaba tratando de aparcar un auto en un espacio reducido. De haberse dejado apoderar por el mal miedo, el pánico lo hubiera inmovilizado, lo hubiera aturdido y hoy serían muchas las familias que lloraran a sus muertos, ¡empezando por la de él!

Ahora bien, si te agarra el miedo malo, no te avergüences... yo tuve miedo malo cuando me anunciaron una segunda craneotomía. Y triple miedo cuando me anunciaron la tercera. Pero mayor que el miedo fueron mis ganas de vivir. Por eso estamos aquí, aunque todavía tenga que ConVivir con Intruso.


1 comentario:

la MaLquEridA dijo...

Muchas gracias.

No te conozco, pero al ver mi enfermedad comparada con la tuya, que no sé que es-solo lo que capto-lo mío es cosa de niños.
Pero desgraciadamente, yo no te veo, lo que si veo es lo que me pasa a mi y viéndolo así, en comparación con lo tuyo, lo mío es nada.

Tal vez debo concientizarme un poco más sobre las personas que hay allá fuera de mi mundo.

Muchas gracias por tu apoyo.

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Sobre las fotos e ilustraciones aquí presentes...*

* Si alguien se ofende con la publicación de alguna foto tomada prestada de la Gueb, que lo diga y la borro inmediatamente. Si le ofende mucho, mucho le pido excusas públicamente por el malrato.
Si alguien toma alguna de las mías, que no sea tontito y lo diga, que difícil que es esta pendejada de tomar fotos sin poder mover el culo de una silla.

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